Escribir siempre me
ha gustado, siempre ha sido un acto que en cierta manera me permitía
desconectar del mundo, ponerme a mí mismo a prueba, conminarme a mejorar, a
formularme por escrito preguntas que de
otra manera jamás me habría hecho. Jamás me he planteado si la calidad de lo
que escribía era mejor o peor, tal vez porque uno no se pregunta si respira de
la forma correcta o se mueve de la forma adecuada, simplemente lo hace y
disfruta del aire puro entrando en los pulmones o del placer de ese ligero
baile que es el caminar.
De igual manera tampoco me he propuesto nunca
preparar ningún tema concreto sobre el
que disertar de forma sesuda o al que adornar de maneras rimbombantes , eso se
lo reservo a aquellos que esperan recibir alabanzas y buenas críticas, a
aquellos que escriben pensando en el lector y se olvidan de lo maravilloso que
es abstraerse, sentir esa a veces impúdica transferencia que se produce
mientras borbotean las palabras, durante esos minutos en que inundas un papel de cosas que ni siquiera
sabias que tenias dentro, mientras retratas tu alma en ese trozo de celulosa, en
silencio, en una habitación a oscuras, liberándote
de esas caretas que el mundo te obliga a calzarte, de esa risa forzada, ese
gesto de ridícula autosuficiencia con el que has de pavonearte si pretendes
sobrevivir a esa jungla llamada vida.
Nunca con
anterioridad habría creído que unas simples letras pudieran ayudar a
nadie, sin embargo, hoy me gustaría invitar
a la gente, mucha o poca a que lea, que
se pase por este blog, a que conozca la historia de esta madre que me ha tocado
la fibra y que ha sido capaz de grandes cosas por su hijo. Ella se llama Eva Giménez,
os invito a que conozcáis su historia y la de su hijo Nacho , a que la compartáis, pues su causa debería
ser la de todos cuya meta fuera estar mañana un poco más cerca de construir un
mundo mejor.
Hay un dicho que dice: “las cosas siempre pasan por algo”, si yo tuviera que aplicarlo a mi vida y a lo que estoy, bueno estamos viviendo, podría sacar cosas muy positivas dentro de lo duro que es tener un hijo enfermo, pero lo más positivo de todo es ver cómo crece nuestro hijo Nacho y como valoramos cada movimiento que él hace, esto, parece una tontería pero de verdad que os aseguro que desarrollamos un sexto sentido, un sentimiento inexplicable y lo digo porque tenemos 2 hijas más que están sanas, María de 8 años, y Marta de 5 años.
Año 2009
Me quedé embarazada sin esperarlo, fue una tremenda sorpresa, después de meditar mucho nuestra situación (ya teníamos 2 hijas aún pequeñas y yo mis enfermedades varias: esclerosis múltiple y trastornos varios de tipo nervioso) decidimos seguir adelante con la gestación, muy "asustados" porque tres son tres ... y a esperar que llegara el 18 de enero para que naciera el bebe.
De entrada, en la primera ecografía a las 8 semanas nos dijeron que había una malformación en la bolsa y que no se observaba embrión por lo que la gestación no era viable y que en 15 días como mucho empezaría a tener pérdidas. Puesto que no fue así, al repetir la eco 2 semanas después … todo cambió, como por arte de magia, se apreciaba perfectamente el embrión y sus movimientos eran completamente normales.
El 27 de agosto teníamos la ecografía de alta definición, nos dijeron que todo iba bien y que se veía el sexo perfectamente, un niño, uffff, nos invadió la emoción y al salir de allí, lo primero que hicimos fue ir a comprar una ropita de bebé azul ya que en mi casa con dos niñas pues claro siempre dominaba el rosa,.
El 26 de septiembre, tras una eco rutinaria en la semana 24, nos comunican que había un problema, que tenían que repetir la eco de alta definición para valorar y que ya nos informarían. Imaginaros mi desesperación “que había un problema y no sabíamos el que”. Justo en esa eco nos dice la Doctora que el niño tenía un gravísimo problema cerebral y que nos derivaban al hospital del Vall d´Hebron de Barcelona para que hicieran las pruebas oportunas ya que por ecografía se observaba : Agenesia parcial del cuerpo calloso (el cuerpo calloso es el puente de conexión entre las dos partes del cerebro con el fin de que ambos lados trabajen de forma conjunta y complementaria).
Pasamos todo el mes de octubre desesperados, dos o tres veces por semana al hospital para controles porque empecé con contracciones (supongo que debido a los nervios claro, que no era poco). Tras una resonancia magnética que me hicieron, bueno que le hicieron a mi bebé dentro de mi barriga, llegaron a la conclusión que no era tan grave, el niño tenía unaVentriculomegalia unilateral derecha (un ventrículo del cerebro más grande de lo normal pero que hasta que no crezca no veremos en que le afectará).
Unos de los tantos días de los que acudíamos al hospital, ante mi cansancio y agotamiento tan evidente, de nuevo me sacan sangre y ven que tengo una falta de hierro brutal y me pautan día si día no durante una semana, acudir a ponerme hierro por vía endovenosa ya que estaba muy floja.
Imaginaros la situación de angustia que vivimos en aquellos momentos. Pero … todo fue a peor. Me diagnosticaron Polihidramnios (exceso de líquido amniótico) por lo que decidieron ingresarme en la semana 30 para hacerme una amniocentesis evacuadora, en la cual, me sacaron un litro y medio de líquido amniótico, y así descartar varias enfermedades.
A principios de diciembre tras un análisis rutinario, detectan que tengo la infección de laToxoplasmosis y empiezo a tomar un antibiótico super agresivo que no me sentaba nada bien.
La mañana del 11 de diciembre cuando desperté, había algo en mí que no era como todos los demás días, de todas formas, me vestí, llevé a mis hijas al colegio e intenté que fuera un día normal, pero … nos impactó un problema familiar de salud que surgió esa misma mañana. Después de un día muy duro, a las 9 de la noche empecé a sentirme peor y las contracciones eran cada vez mas seguidas. Una vez en el hospital nos comunican que el niño nacería esa misma noche ya que me estaba poniendo de parto y si ó sí tenía que ser cesárea, puesto que ya tenía dos.
A las 00:55 de la madrugada del día 12 de diciembre del 2009 nace Nacho. Hay cosas que no se pueden explicar con palabras, momentos y sensaciones que no se pueden transmitir por el dolor que producen, la sala de partos era una locura, un montón de médicos, todos corriendo …. ¡¡ diosss que iba a pasar con mi bebé ¡¡ fue un prematuro de 35 semanas muy inmaduro que no podía ni respirar al nacer con lo que tuvieron que reanimarlo, entubarlo y llevarlo a la UCI en observación y bajo control. Una vez allí, el 18 de diciembre nos comunican que el niño había tenido un pequeño derrame cerebral de grado I, y que había que esperar su evolución.
Como veis hasta aquí fue una historia dura que con el paso del tiempo se ha ido complicando.....
Impresionante historia, cualquier otra persona habría hecho lo más fácil, abortar. La vida es esto y los hijos vienen como vienen y la primera obligación de unos padres decentes y normales es luchar por sus hijos sean cuales sean sus circunstancias, yo también seguiré este blog.
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