viernes, 3 de mayo de 2013

Recortadores y recortados



  Siempre he navegado ideológicamente en un terreno que, en esta España de blanco o negro, de conmigo o contra mí, nunca ha sido bien entendido; por una parte me he sentido siempre muy partidario de, un Estado cuya prioridad  debieran ser las personas que lo componen y su bienestar,  creándose una tupida red de asistencias que amparen a aquellos ciudadanos que por cualquier tipo de circunstancia necesiten de una asistencia o de esa segunda oportunidad a la que todos deberíamos tener derecho. Homogeneizando clases sociales y estableciendo el principio de progresividad que es el más justo de todos los principios, pues facilita que personas que de otra manera no podrían optar a determinados servicios u oportunidades lo hagan. Por otra parte siempre he pensado que, salvo en esa labor  anteriormente descrita, el Estado debería fomentar de la manera más enérgica posible la dinamización de la economía, a través de un sector privado que, en la mayoría de los casos, siempre se ha demostrado mucho más eficiente que el público y que es mucho más capaz de adecuarse a los cambios del mercado y por tanto, constituye el dinamizador básico de toda economía.
  Hasta aquí todo perfecto, el problema llega cuando intento conjugar la mezcla perfecta entre la intervención del Estado en nuestras vidas y ese dejar hacer mas purista del capitalismo. La papeleta aparece cuando no sabemos priorizar cuáles son esos servicios mínimos que todo Estado, so pena de ser injusto, debe dispensar a sus ciudadanos y donde comienza el compadreo y la fiesta rociera con el dinero de todos los contribuyentes.
  Observo últimamente con demasiada frecuencia que mucha gente resuelve esta disyuntiva autoetiquetandose en izquierda o derecha y radicalizando y estandarizando  la respuesta a este complejo problema y olvidándose en muchos casos de pensar por ellos mismos y siguiendo eso tan cómodo llamado consignas. Por tanto para el sector más conservador, todo lo que no sea adelgazar la administración a la mínima expresión y centralizar el Estado, eliminando lo que ellos denominan duplicidades inservibles-y que yo valoro en tanto en cuanto en muchos casos creo, acercan la administración a sus últimos usuarios - y eliminando las inversiones de dinero público dejando a capital privado toda actividad constituiría anatema. Por otra parte una muy extensa parte de la población y porque no decirlo con un cierto aire de buenismo aniñado, pretenden continuar esta fiesta de faralaes y dispendio en que se ha convertido nuestro modelo de sociedad, olvidando que el dinero público, por el mero hecho de serlo no crece en las oliveras y que ,no todo se soluciona a golpe de estimulo económico-vamos lo de sacar el cheque de toda la vida-, sino que a veces es posible hacer más con menos , introduciendo un cierto criterio organizativo en la gestión de la cosa pública.
  No creo que descubra nada nuevo con la situación narrada hasta el momento  y es precisamente eso lo que me entristece porque cada vez encuentro menos medios, personas, políticos, etc. Independientes, que piensen por sí mismos, que sean capaces de distanciarse de consignas y directrices y decir lo que piensan.
  Tal vez sea todo mucho más fácil de lo que parezca y sea tan solo cuestión de no arrojarnos los trastos a la cabeza, de dejar de atomizar la sociedad entre buenos y malos, detractores del aborto y radicales abortistas que no se  paran a pensar ni por un momento en que la pena que produce no llegada a término de ese milagro que es la vida; recortadores y recortados, ladrones y robados, derecha e izquierda, PP y PSOE. Quizá solo sea cuestión de entablar un diálogo sobre que queremos y como construirlo, pero liberándonos de la carga de los prejuicios y las ideas preconcebidas. En definitiva pensar en la colectividad y menos en el partidismo y el interés particular. ¿Una quimera verdad? Pues ahora más que nunca nos va el futuro en ello.
  Pues bien este es mi problema- yo no lo considero tal- no soy capaz de encasillarme en ningún partido o movimiento político al 100%, no puedo dejar de repensarlo todo e intentar mirar desde todos los puntos de vista posibles.
 La verdad, solo espero que esta plaga se extienda y rápido.

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