Anoche tras el
debate intenso y acalorado con una compañera de la Red de Blogs Comprometidos
vía twiter , tras la constatación de que nuestras posturas eran firmemente
divergentes y de que el formato de 140 caracteres no era suficiente para
expresarnos en la forma que hubiéramos o hubiésemos deseado, propuse y fue
aceptado, a modo de duelo a primera
sangre ,el realizar un post ,que con la claridad de sesera que da una copa de
vino y una apropiada banda sonora, acompañando al rítmico tecleo del ordenador,
subsanara diferencias, acercara posturas o simplemente nos proporcionara la
gozosa certeza de que el mundo está formado aun por algunos irreductibles
librepensadores que partiendo de una misma realidad se responden de diferente manera ante la necesidad de
articularnos y dotarnos de reglas para este juego en el que tanto apostamos
llamado Democracia.
El antecedente de la
susodicha disputa era la concesión por parte del gobierno actual de una serie
de subvenciones destinadas a diversas entidades de diferentes naturalezas y con
distintos fines, pero que comparten el hecho común de que todas realizan en una
u otra forma distintas funciones de las denominadas sociales. Para evitar
ningún tipo de malentendido me he tomado la libertad de adjuntar al post
directamente desde la fuente madre (B.O.E.) el documento que las recoge. Mi
oponente se oponía radicalmente a la concesión de estas subvenciones y argüía ,
se le antojaban innecesarias pues la iniciativa privada podría tomar el testigo
en la financiación de estos colectivos. Por otra parte ,concebía estos
subsidios como un arma política usada por los diferentes gobiernos para
cultivar una prospera red clientelar que en los comicios pudiera serles de
utilidad.
En honor a la verdad
no me encuentro en total desacuerdo con mi competidora pues, que en el pasado
en nuestro país el dinero público se ha
usado con fines partidistas y torticeros no es una realidad a estas alturas de
la película ajena a nadie, e incluso me atrevería a dar un paso más hacia el
desfiladero y afirmar que todo esta maniobra se gesto y llevo a la práctica frente
a las narices de una masa que cuando el dinero parecía no acabarse y el” Panem
et circenses” llegaba a su máxima expresión, cual muchedumbre enardecida, tan solo pedía más.
No importaba de donde salía el dinero para edificar megalómanas e improductivas
construcciones, creímos que cada pequeño pueblo podía tener un auditorio,
piscina olímpica y mejor campo de futbol que su vecino. Simplemente olvidamos
el lugar que ocupábamos cada uno como individuos y sociedad en el mundo y
soñamos con tocar el cielo con la punta de los dedos y despertamos, o mejor
dicho nos despertaron. Las consecuencias de estos excesos a los que fuimos
invitados son de sobra conocidas y no voy a entrar en detalles, pero si me
gustaría apuntar que como todas las derrotas bien administradas, esta le ha
servido a la población para estar mucho más vigilante ante en cómo y en que es
gastado ese dinero público que a fuerza de batacazo hemos aprendido no cae cual
mana del cielo.
Hasta el momento
pudiera parecer que comulgo con las ideas de la destinataria de este reto en
forma de post pero, nada mas ajeno a la verdad, a diferencia de ella yo no
estoy dispuesto a dar la parte por el todo y pensar que como el dinero fue
malgastado en más o menos cercanos pretéritos tiempos, toda subvención ha de
cesar, tampoco lo estoy a consentir que desde ciertos sectores se propugne una
política de “cada uno por su pellejo”. El hecho de que se hayan podido repartir
subvenciones de mala manera no invalida el uso controlado y cabal de este
recurso de reparto de la riqueza, fomento de actividades culturales y miles de
decentes actividades más.
Que el modelo de
estado comunista en estado puro está acabado es algo tan patente como el hecho
de que el capitalismo feroz sin más regulación que la de esa invisible mano que
Adam Smith propugnaba no tiene futuro. La Señora Historia nos ha demostrado que
el Estado ha intervenir en su justa medida, garantizando la igualdad de
oportunidades, el juego limpio de la competencia y fomentando aquellas parcelas
de actuación que el libre mercado no es
capaz por sí mismo de satisfacer y que aun así tienen un verdadero interés para
el bien común, en definitiva fomentando eso que hemos venido llamando la
sociedad del bienestar.
La definición de
subvención no es sino” la partida
de dinero que el estado destina a los distintos agentes de las administraciones
públicas y que de estos luego pueden partir hacia otras entidades públicas,
privadas o a particulares y cuya misión es la de solventar
algún proyecto o actividad especial de los mencionados destinos”. En
esta amplia bolsa se encuentran sectores tan diferentes como el transporte, la
educación, la salud, la agricultura, etc.
Nadie entendería que no se subvencionara en
cierta medida el acceso a el transporte público a diferentes sectores
(jubilados, estudiantes, usuarios habituales), que no se becara ( que es sino
una subvención individual) a los estudiantes con menos recursos económicos
garantizando la igualdad de oportunidades educativas, que no se subvencionaran
determinados tratamientos médicos que por su elevado coste o por el espectro de
población a la que van dirigidos pondría en riesgo esa sanidad pública y de
calidad por la que todos luchamos, dejando a la población indefensa ante los
excesos de las corporaciones sanitarias privadas.
Podría llegar más lejos y afirmar que en un país
económicamente paralizado y con un modelo productivo agotado, la deseable
construcción de un nuevo modelo puede ser fomentado y auspiciado a través del
dinero público-que puede ser la chispa de ignición- en colaboración necesaria
con el capital privado. Un ejemplo claro de esto es la necesaria inversión en
I+D+I que todo estado debería tener el deber de promover (subvencionar).
Tal vez la persona a la que va dirigido este
post en desesperado esfuerzo por rebatirme podría argumentar que todos los
casos que he citado no son aquellos a los que ella se refería que no es lo
mismo hablar de educación, sanidad, trasporte o investigación y desarrollo que
hablar de subvenciones a colectivos que recoge el anteriormente citado documento
,como la realizada a favor de la “Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales
y Bisexuales o la de cuantía más voluminosa que son las realizadas a favor de
Caritas y Cruz Roja española.
En definitiva la conclusión que quiero
transmitir no es otra que el hecho de que el Estado tiene un papel como garante
y estimulo de muchas actividades y por supuesto debe ejercer este papel, lo que
no excluye a que un riguroso control de elección impere en las subvenciones. El
Estado como representante de la soberanía que cada individuo depositamos en el
debe mesurar y apostar por invertir nuestro dinero en aquello realmente
necesario, aquello que proteja al ciudadano y favorezca sus intereses. Y…. por
favor no caigamos en la radicalización de presuponer que tras los desmanes
acaecidos en el pasado la solución pasa por acabar con el Estado.
http://www.boe.es/boe/dias/2013/03/28/pdfs/BOE-A-2013-3380.pdf
-Enlace en el que se recogen las subvenciones concedidas a diversos colectivos
y asociaciones.
http://www.voanoticias.com/content/obama-anuncia-proyecto-mapa-cerebro/1633086.html -Noticia que en mi opinión demuestra por que otros están a la cabeza y nosotros a la cola.(Con subvenciones y to´)
La subvención acarrea invariablemente corrupción. El Estado pequeño, muy pequeño y muy eficaz. Y solo para seguridad, defensa y judicatura. El resto lo suele hacer bastante mejor la iniciativa privada. Y normalmente acarrea riqueza, variedad de elección y libertad. Papá Estado solo me dió problemas desde que me adoptó en 1978...
ResponderEliminarTal vez te parezca anecdótico pero existen estados en los que se pagan muchos impuestos y son muy eficaces. En mi opinión existen dos tipos de estados-el estado socialdemócrata y el estado liberal puro- en el primero se pagan muchos impuestos pero la calidad del servicio y el cuidado del mismo hacia sus ciudadanos es extremadamente eficaz(países nórdicos), en el segundo se pagan pocos pero el ciudadano va por "su pellejo"; Ahhhh!!! se me olvidaba luego esta España, se pagan muchos impuestos y se recibe poco y malo.La cuestión no es que la subvención sea mala "per se", es su torticera utilización lo que malva el sistema.
ResponderEliminarPor otro lado las ventajas o desventajas de uno u otro sistema tiene que ser la ciudadanía la que las valore y elija que tipo de modelo se quiere dar como sociedad.