martes, 2 de abril de 2013

subven(direccionemonos)


  Anoche tras el debate intenso y acalorado con una compañera de la Red de Blogs Comprometidos vía twiter , tras la constatación de que nuestras posturas eran firmemente divergentes y de que el formato de 140 caracteres no era suficiente para expresarnos en la forma que hubiéramos o hubiésemos deseado, propuse y fue aceptado, a modo de duelo  a primera sangre ,el realizar un post ,que con la claridad de sesera que da una copa de vino y una apropiada banda sonora, acompañando al rítmico tecleo del ordenador, subsanara diferencias, acercara posturas o simplemente nos proporcionara la gozosa certeza de que el mundo está formado aun por algunos irreductibles librepensadores que partiendo de una misma realidad se responden  de diferente manera ante la necesidad de articularnos y dotarnos de reglas para este juego en el que tanto apostamos llamado Democracia.
  El antecedente de la susodicha disputa era la concesión por parte del gobierno actual de una serie de subvenciones destinadas a diversas entidades de diferentes naturalezas y con distintos fines, pero que comparten el hecho común de que todas realizan en una u otra forma distintas funciones de las denominadas sociales. Para evitar ningún tipo de malentendido me he tomado la libertad de adjuntar al post directamente desde la fuente madre (B.O.E.) el documento que las recoge. Mi oponente se oponía radicalmente a la concesión de estas subvenciones y argüía , se le antojaban innecesarias pues la iniciativa privada podría tomar el testigo en la financiación de estos colectivos. Por otra parte ,concebía estos subsidios como un arma política usada por los diferentes gobiernos para cultivar una prospera red clientelar que en los comicios pudiera serles de utilidad.
  En honor a la verdad no me encuentro en total desacuerdo con mi competidora pues, que en el pasado en nuestro país  el dinero público se ha usado con fines partidistas y torticeros no es una realidad a estas alturas de la película ajena a nadie, e incluso me atrevería a dar un paso más hacia el desfiladero y afirmar que todo esta maniobra se gesto y llevo a la práctica frente a las narices de una masa que cuando el dinero parecía no acabarse y el” Panem et circenses” llegaba a su máxima expresión, cual  muchedumbre enardecida, tan solo pedía más. No importaba de donde salía el dinero para edificar megalómanas e improductivas construcciones, creímos que cada pequeño pueblo podía tener un auditorio, piscina olímpica y mejor campo de futbol que su vecino. Simplemente olvidamos el lugar que ocupábamos cada uno como individuos y sociedad en el mundo y soñamos con tocar el cielo con la punta de los dedos y despertamos, o mejor dicho nos despertaron. Las consecuencias de estos excesos a los que fuimos invitados son de sobra conocidas y no voy a entrar en detalles, pero si me gustaría apuntar que como todas las derrotas bien administradas, esta le ha servido a la población para estar mucho más vigilante ante en cómo y en que es gastado ese dinero público que a fuerza de batacazo hemos aprendido no cae cual mana del cielo.
  Hasta el momento pudiera parecer que comulgo con las ideas de la destinataria de este reto en forma de post pero, nada mas ajeno a la verdad, a diferencia de ella yo no estoy dispuesto a dar la parte por el todo y pensar que como el dinero fue malgastado en más o menos cercanos pretéritos tiempos, toda subvención ha de cesar, tampoco lo estoy a consentir que desde ciertos sectores se propugne una política de “cada uno por su pellejo”. El hecho de que se hayan podido repartir subvenciones de mala manera no invalida el uso controlado y cabal de este recurso de reparto de la riqueza, fomento de actividades culturales y miles de decentes actividades más.
  Que el modelo de estado comunista en estado puro está acabado es algo tan patente como el hecho de que el capitalismo feroz sin más regulación que la de esa invisible mano que Adam Smith propugnaba no tiene futuro. La Señora Historia nos ha demostrado que el Estado ha intervenir en su justa medida, garantizando la igualdad de oportunidades, el juego limpio de la competencia y fomentando aquellas parcelas de actuación  que el libre mercado no es capaz por sí mismo de satisfacer y que aun así tienen un verdadero interés para el bien común, en definitiva fomentando eso que hemos venido llamando la sociedad del bienestar.
  La definición de subvención no es sino” la  partida de dinero que el estado destina a los distintos agentes de las administraciones públicas y que de estos luego pueden partir hacia otras entidades públicas, privadas o a particulares y cuya misión es la de solventar algún proyecto o actividad especial de los mencionados destinos”. En esta amplia bolsa se encuentran sectores tan diferentes como el transporte, la educación, la salud, la agricultura, etc.
  Nadie entendería que no se subvencionara en cierta medida el acceso a el transporte público a diferentes sectores (jubilados, estudiantes, usuarios habituales), que no se becara ( que es sino una subvención individual) a los estudiantes con menos recursos económicos garantizando la igualdad de oportunidades educativas, que no se subvencionaran determinados tratamientos médicos que por su elevado coste o por el espectro de población a la que van dirigidos pondría en riesgo esa sanidad pública y de calidad por la que todos luchamos, dejando a la población indefensa ante los excesos de las corporaciones sanitarias privadas.
  Podría llegar más lejos y afirmar que en un país económicamente paralizado y con un modelo productivo agotado, la deseable construcción de un nuevo modelo puede ser fomentado y auspiciado a través del dinero público-que puede ser la chispa de ignición- en colaboración necesaria con el capital privado. Un ejemplo claro de esto es la necesaria inversión en I+D+I que todo estado debería tener el deber de promover (subvencionar).
  Tal vez la persona a la que va dirigido este post en desesperado esfuerzo por rebatirme podría argumentar que todos los casos que he citado no son aquellos a los que ella se refería que no es lo mismo hablar de educación, sanidad, trasporte o investigación y desarrollo que hablar de subvenciones a colectivos que recoge el anteriormente citado documento ,como la realizada a favor de la “Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales o la de cuantía más voluminosa que son las realizadas a favor de Caritas y Cruz Roja española.
  En definitiva la conclusión que quiero transmitir no es otra que el hecho de que el Estado tiene un papel como garante y estimulo de muchas actividades y por supuesto debe ejercer este papel, lo que no excluye a que un riguroso control de elección impere en las subvenciones. El Estado como representante de la soberanía que cada individuo depositamos en el debe mesurar y apostar por invertir nuestro dinero en aquello realmente necesario, aquello que proteja al ciudadano y favorezca sus intereses. Y…. por favor no caigamos en la radicalización de presuponer que tras los desmanes acaecidos en el pasado la solución pasa por acabar con el Estado.


http://www.boe.es/boe/dias/2013/03/28/pdfs/BOE-A-2013-3380.pdf -Enlace en el que se recogen las subvenciones concedidas a diversos colectivos y asociaciones.


http://www.voanoticias.com/content/obama-anuncia-proyecto-mapa-cerebro/1633086.html -Noticia que en mi opinión demuestra por que otros están a la cabeza y nosotros a la cola.(Con subvenciones y to´)
 

2 comentarios:

  1. La subvención acarrea invariablemente corrupción. El Estado pequeño, muy pequeño y muy eficaz. Y solo para seguridad, defensa y judicatura. El resto lo suele hacer bastante mejor la iniciativa privada. Y normalmente acarrea riqueza, variedad de elección y libertad. Papá Estado solo me dió problemas desde que me adoptó en 1978...

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  2. Tal vez te parezca anecdótico pero existen estados en los que se pagan muchos impuestos y son muy eficaces. En mi opinión existen dos tipos de estados-el estado socialdemócrata y el estado liberal puro- en el primero se pagan muchos impuestos pero la calidad del servicio y el cuidado del mismo hacia sus ciudadanos es extremadamente eficaz(países nórdicos), en el segundo se pagan pocos pero el ciudadano va por "su pellejo"; Ahhhh!!! se me olvidaba luego esta España, se pagan muchos impuestos y se recibe poco y malo.La cuestión no es que la subvención sea mala "per se", es su torticera utilización lo que malva el sistema.
    Por otro lado las ventajas o desventajas de uno u otro sistema tiene que ser la ciudadanía la que las valore y elija que tipo de modelo se quiere dar como sociedad.

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